Una boda dog friendly en Puig-Arnau Pubilló

Mientras escribo estas líneas se cumplen 2 años de uno de los días más felices de nuestras vidas: nuestra boda. Puede parecer un tópico esta frase, pero es imposible no recordarlo así cuando se reúnen durante un fin de semana las personas que más quieres en el mundo. Ese día lo celebramos junto a nuestra familia, amigos y, como no podía ser de otra forma, también con Futt (y otros amigos peludos que estuvieron invitados).

Hoy nos apetece contarte cómo y dónde celebramos nuestra boda, que acabó siendo una boda dog friendly casi sin pretenderlo. Creemos que puede interesarte, tanto si quieres organizar una boda (o cualquier otro evento) donde los perros sean bienvenidos, como si buscas un lugar idílico para pasar unos días con tu peludo.

Y es que la boda la celebramos en uno de los complejos turísticos más bonitos en los que hemos estado nunca: el Poble Rural Puig-Arnau Pubilló.

Un fin de semana con familia, amigos y nuestros perros

Lo que siempre tuvimos claro al diseñar nuestra boda es que queríamos aprovechar el máximo tiempo posible con los invitados. Por eso buscábamos un lugar que nos permitiera celebrar una boda de fin de semana (desde el viernes por la noche hasta el domingo al mediodía) y donde todos los invitados pudieran quedarse a dormir. No fue fácil y fuimos a ver muchos lugares antes, pero finalmente encontramos el lugar perfecto en Puig-Arnau Pubilló.

Cuando la estábamos organizando no teníamos claro qué hacer con Futt… ¿se quedaba con su canguro? ¿venía con nosotros? ¿qué papel tendría en la boda? Teníamos muchísimas dudas porque es un perro bastante nervioso y no sabíamos cómo iba a reaccionar.

Por un lado pensábamos que era mejor que no viniese porque no íbamos a poder estar por él tanto como nos gustaría, pero por otro lado… ¿cómo íbamos a celebrar ese día sin él?

Desde Puig-Arnau Pubilló nos lo pusieron muy fácil porque nos dijeron que los perros se podían alojar en todas las casas y que estaba permitido que se quedaran solos si lo necesitábamos. Incluso también nos comentaron que podían hacer un pequeño cerco en el que dejarles al aire libre, pero controlados, el tiempo que quisiéramos (aunque finalmente esto lo descartamos).

La verdad que fue ideal porque todos nuestros invitados con perro tuvieron la opción de viajar y alojarse con ellos durante la boda en vez de dejarles en casa.

Cómo nos organizamos para atender a Futt durante la boda

Llegamos a Puig-Arnau Pubilló el viernes por la mañana para poder organizarlo todo. Como teníamos todo el complejo rural reservado dejamos a Futt suelto y nos fue acompañando casa por casa mientras colocábamos algunas cosas de desayuno para los invitados. Así nos recorrimos todo el pueblo rural y le dimos una buena vuelta.

La familia y amigos empezaron a llegar por la tarde y Futt les daba la bienvenida a todos. Le teníamos con nosotros, a ratos suelto y a ratos atado. Durante la cena se quedó en la que fue nuestra casa y volvimos a dar una vuelta antes de ir a dormir.

¡Y llegó el gran día! Esa mañana Miguel y yo estábamos súper nerviosos. La primera en salir de la casa fui yo porque tenía una sesión de fotos con mis amigas en la piscina (sí, es que el sitio es una pasada, en serio). Y Miguel me cubrió quedándose con Futt.

Al volver de las fotos yo tenía que empezar prepararme y a él le tocaba el turno de las fotos con su grupo de amigos. Futt estuvo por allí también, pero ya bajo la vigilancia de nuestra familia que se ocupó de él hasta la ceremonia.

Cuando llegó el momento del “sí quiero” optamos por hacer un first look y llegar juntos hasta el “altar”, donde nos estaba esperando Futt junto a nuestra familia. Descartamos que él nos llevara los anillos o estuviera con nosotros porque suele saltar y dar con las patas, sobre todo cuando está nervioso, y nos preocupaba que pudiera mancharnos o romper el vestido. Pero estuvo presente en la ceremonia y cuando acabó fuimos corriendo a abrazarle.

Le dimos un paseo y le dejamos en casa durante las fotos, el pica-pica, la comida y el baile nupcial. Eso nos permitió comer tranquilos y disfrutar al máximo del banquete. En realidad, ese era el único momento en el que desde la organización nos pidieron que los perros no estuvieran presentes; así que todos optamos por dejarles en las casas.

Durante la fiesta Miguel y yo nos escapábamos a ratos para dar una vuelta con Futt por los alrededores. Podríamos haberle tenido con nosotros (como hizo algún invitado con su perro) pero creímos que en la casa estaría más tranquilo sin tanto ruido.

El evento se acabó al día siguiente al mediodía y todos nos despedimos después de compartir una barbacoa juntos.

El lugar de la boda: Poble Rural Puig-Arnau Pubilló

La boda la celebramos en el complejo rural de Puig-Arnau Pubilló (Canalda, Lleida). Se trata de un antiguo pueblo compuesto por 12 casas ubicadas en 3 espacios diferentes. Si organizas un evento, como en el caso de una boda, puedes reservar todo el pueblo para que duerman allí todos los invitados.

Además de las casas, en el pueblo hay piscina climatizada, zona de parque infantil, una cancha de futbol, zona de picnic… y no lejos hay muchísimas rutas para hacer, deportes de aventura, un lago…

Cuando el lugar no está reservado para celebraciones se pueden alquilar las casas individualmente para hacer turismo rural. Nosotros estamos deseando volver para pasar allí unos días en familia y disfrutar de todo el entorno. Cuando lo hagamos prometemos escribir otro post explicando más detalles. Pero te animamos a que visites su página web para descubrirlo.

¿Tú también has tenido una boda dog friendly?

Si es así nos encantaría que nos dejaras un comentario contándonos dónde fue y así poder ayudar a más gente que esté buscando un lugar dog friendly en el que celebrar su boda.

Esperamos que hayas disfrutado de este post tan personal 🙂